Final Fantasy XIV no comienza de la mejor manera. Si el simple hecho de tener que crear una cuenta para jugar al modo multijugador en línea se transforma en un problema, esto quiere decir que no vamos por el mejor camino. Es una lástima que la primera impresión del título comience de dicha manera. Es difícil pasar por alto esas metidas de pata – la forma extraña y hostil de conseguir una cuenta configurada, el parche molesto, tener que salir del juego si deseamos ajustar la configuración de gráficos, etc.
De todos modos, estos podrían haber sido problemas perdonables del desarrollador Square Enix, si este proporciona una excelente razón para superar estos obstáculos. Sin embargo, esto tampoco pudo ser.
Luego de pasar por este tedioso paso de crear una cuenta, lo primero que Final Fantasy XIV pone ante nosotros, podríamos decir que es lo mejor del juego. La creación de personajes ofrece un aspecto pulido en opciones raza y clase, mostrando una serie de modelos de los personajes fantásticos y dividiéndolas en subcategorías. No hay un asombroso número de formas de personalizar físicamente a tu personaje, pero hay selecciones suficientes para mantener el contenido. Las carreras son visualmente lo suficientemente diversas como para que nos entusiasme la idea de explorar un nuevo mundo de fantasía.
Después de terminar de hacer un avatar, el siguiente paso es elegir una de las tres ciudades de partida, tratadas con una impresionante voz competente y la música idílica.
Por desgracia, Final Fantasy XIV amortigua la buena voluntad que esta apertura podría inspirar, desde casi el momento de tomar control de tu personaje. “¿Dónde debo ir?” “¿Qué debo hacer?” Estas preguntas estarán constantemente en nuestras mentes en la primera hora – la quinta, y más tarde incluso – a medida que luchamos por averiguar lo que el partido espera de nosotros.
La interfaz es otro punto en contra, por la simple razón de que no cumple con sus funciones básicas. Por ejemplo, no podemos simplemente presionar una tecla para abrir nuestro inventario, tenemos que entrar en el menú principal y seleccionar la opción correcta a partir de ahí.
Un factor positivo es el motor gráfico. Cuando finalmente podemos comenzar a encontrarle respuestas a todas nuestras preguntas, podemos disfrutar de muchas de las imágenes y sonidos. Los modelos de los personajes detallados se mueven con cierta autenticidad, y trajes elaborados inspiran a aprender más sobre la cultura. La distancia de dibujado es considerable, la iluminación es excelente, y detalles como las nubes de polvo y piscinas resplandecientes de agua son llamativos.
Es una pena que Final Fantasy XIV haga tan poco con su mundo original, fuera de las tareas históricas poco frecuentes, que recibe las misiones de los gremios locales llamados levequests.
Para finalizar quiero traducir un párrafo escrito en Gamespot, sitio que nos ha servido de fuente, para entender más claramente la sensación que Final Fantasy XIV ha dejado en la mayoría de los usuarios.
“Final Fantasy XIV carece de carácter; las misiones escuetas y la repetición audiovisuales no inculcan un sentido de la maravilla de fantasía. Se carece de cohesión, fallas de comunicación, rarezas económicas y las limitaciones estrictas de salir constantemente de dirección. Le falta alegría, la interfaz es abismal y monstruosamente aburrida. Debemos destacar las clases de composición abierta, el motor gráfico es impresionante, y el enfoque en la historia, todos elementos dignos de elogio”