Con ánimo de ser un puente entre el núcleo hardcore del primer DiRT y el salto hacia la accesibilidad del segundo, se presenta la tercera entrega de las series de Rallyes de Codemasters. "Este es el juego de conducción más grande en el que nos hemos embarcado", comentan sus responsables. Ambición no les falta, ¿talento? Tampoco.
En primer lugar DiRT 3 va a suponer un soberbio salto tecnológico con respecto a entregas anteriores. Los dos primeros capítulos de las series ya eran sobresalientes ejemplos de la unificación de los apartados gráficos y técnicos para lograr una experiencia visual y jugable sobresaliente, pero el nuevo episodio va a suponer un salto adelante gracias al hecho de que sacará partido de los avances recogidos por F1 2010, también de Codemasters.
Las incorporaciones que este salto tecnológico va a suponer todavía no están del todo claras, pero se ha concretado ya algunos elementos que tendrán que ver con la sofisticada climatología de la que hará gala el videojuego. Por ejemplo habrá tratamientos lumínicos muy sofisticados y bien diferenciados en función del momento del día en el que nos encontremos, y es que habrá algunas pruebas que serán nocturnas con unas técnicas de luces tremendamente realistas.